lunes, 16 de marzo de 2015

Etapa 6: Pipe


¡Menuda etapa Zaragoza-Lleida!

Nos estaba saliendo todo demasiado bien, en algún momento tenían que torcerse un poco las cosas. Aunque hubiéramos preferido que no fuese así...

Bueno, empecemos por el principio... Amanecimos en Zaragoza en casa de Jose después de haber dormido fenomenal. Nos llevó a desayunar a media mañana y después a la estación, donde habíamos dejado todas nuestras pertenencias. Sí, la moto también. El día anterior nos dió pereza volver a la consigna y decidimos pasar la noche con lo puesto, sin percatarnos siquiera de preguntar si la pobre se quedaba segura allí, en Delicias. Llegamos con el corazón en un puño, rezando por que siguiese en su lugar. La pequeña no nos falló, allí estaba tan reluciente como siempre. Después de recoger nuestras cosas, nos apoderamos del baño de la estación antes de comenzar nuestra ruta.


Arrancamos dirección Lleida a eso de las dos, y conseguimos salir de la ciudad a eso de las tres y media ¡Zaragoza no nos quiere! Paramos a repostar muertas de calor, estresadas y ya un poco hambrientas, pero decidimos seguir un poco más, ingenuas de nosotras, y parar más adelante.


Siguiendo nuestro camino lo único que encontramos fue la nada bajo un sol abrasador. Dirás que somos un poco tontas, lo somos en realidad, pero no investigamos mucho la etapa y nos cruzamos el desierto de Los Monegros a pleno sol y sin haber comido ni bebido nada. ¡Puedo prometer y prometo que me pareció ver un barco en el medio del desierto! A partir de ahí, todo empezó a ser más divertido. La foto no refleja la dureza del trayecto, lo prometemos.


Al final conseguimos llegar a un lugar con vida a eso de las cinco de la tarde, en dónde paramos a hidratarnos y alimentarnos. Estuvimos descansando un rato y fue entonces cuando se nos torció el día. Perdidas en medio de la nada, recibimos una llamada que nos hizo planteárnos seriamente volver a Galicia. Había pasado algo lo suficientemente serio como para pensar en seguir directas a Barcelona, ver qué hacer con La Pitufina y cogernos un avión. No eran buenas noticias.

Esperando más información llegamos hasta Fraga, donde paramos a refrigeramos y comprobar si había algo nuevo. La cosa seguía igual, nos decían desde casa que siguiésemos, pero nosotras no lo teníamos claro.

Así, con el agobio encima, llegamos a Lleida tarde. Allí nos esperaban Xavier y Aneu, dos tercios de una familia estupenda  que  conocimos gracias al "Couchsurfin". Nos trataron estupendamente desde el minuto uno,logrando que nos distrajésemos  durante la cena (¡ Qué rica la coca de verduras, por favor!) y la sobremesa. Pensamos hacer noche igual el Lleida y esperar noticias al día siguiente, para decidir qué hacer. Con ellos todo fue más fácil. Gracias.



La etapa de hoy (que mala suerte que te haya tocado la primera un poco fea) se la agradecemos a Pipe, reciente incorporación a nuestras vidas, pero como parte importante en la vida de mi Amiga, eres alguien importante en la mía (habla la copilota). Hemos atravesado honrosas tu segunda tierra ¡Gracias Amigo!